domingo, 1 de enero de 2017

Ya son ciento cincuenta

  CXLI  Porque ya en septiembre del año 1966 ya iba a la escuela con los chicos mayores que yo, algunos tenían hasta catorce años. Allí don Eusebio que era un católico muy practicante y que creía en dios y en la Iglesia católica, nos contaba las partes más heroicas de la novela sagrada con las que había de conformar el espíritu cristiano y dar los últimos toques de conocimiento de todo el contenido de la religión católica, tan importante en la educación. A la par Don Eusebio también nos leía cada tarde un poco de El Quijote, y sabía que: aunque no fuera tan entretenido, tenía más de verdad que todas las aventuras de la Biblia.
CXLII  Porque en aquellos dos años en los que estuve en el tercer grado con Don Eusebio me aprendí la Biblia como si fuera un único libro. Todas sus pequeñas historias decía el maestro que era la historia del pueblo de dios, del pueblo hebreo, del pueblo judío en la búsqueda eterna de la tierra prometida. De esos años recuerdo el estupor en el que me desenvolvía porque siendo la Biblia el tronco común de las dos religiones, sin embargo, siempre nos enseñaban lo mala gente que eran los judíos que habían ordenado crucificar a Jesucristo, que además también era judío, pero un judío cuya vida se contaba en los evangelios.
CXLIII  Porque la historia la cuentan redonda para que no faltando ningún detalle sea creíble. Tiene un principio y el principio:  dios. Según uno de los libros que aparece en la Biblia que se llama el Génesis, nos cuentan, que dios creó el mundo en seis días y el séptimo descansó. Este libro lo escribieron los hombres que ya sabían escribir muchos años después, pero parece ser que no tuvieron que discurrir nada porque se acordaban de todo de cómo había sido. Una tontería, pero que está en la base de todas las religiones que hay en el mundo: la creencia de que dios existe y que fue el creador de todo el universo.
CXLIV  Porque aseguran que dios creó el mundo y lo cuentan en los libros de esta manera. En el principio creó dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba sin orden y vacía. Había tinieblas sobre la faz del océano, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Entonces dijo Dios: sea la luz. Y fue la luz. Dios vio que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas. Dios llamó a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y fue la mañana del primer día. Y de niño te creías este razonamiento sin ninguna duda porque ya sabías que efectivamente existía la noche y el día.
CXLV  Porque aseguran que el segundo día dijo Dios: Haya una bóveda en medio de las aguas, para que separe las aguas de las aguas. Y dios hizo la bóveda, y separó las aguas que están debajo de la bóveda, de las aguas que están sobre la bóveda. Y fue así. Dios llamó a la bóveda: Cielo. Y fue la tarde y fue la mañana del segundo día. Entonces dijo Dios: Reúnanse las aguas que están debajo del cielo en un solo lugar, de modo que aparezca la parte seca. Y fue así. Llamó Dios a la parte seca: Tierra, y a la reunión de las aguas llamó: Mares. Y vio Dios que esto era bueno. Los niños sabíamos que esto era cierto y que si no lo había hecho dios, quién lo pudiera haber hecho.
CXLVI  Porque dios en un par de días tenía el mundo hecho y entonces dice que dijo: Produzca la tierra hierba, plantas que den semilla y árboles frutales que den fruto, según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. La tierra produjo hierbas, plantas que dan semilla según su especie, árboles frutales cuya semilla está en su fruto, según su especie. Y vio Dios que esto era bueno. Y fue la tarde y fue la mañana del tercer día. Era fácil dibujar la creación como si estuviéramos con un papel y unos lapiceros de colores con los que íbamos colocando cada cosa en su sitio. Así lo escribieron.
CXLVII  Porque al día siguiente dijo Dios: Haya lumbreras en la bóveda del cielo para distinguir el día de la noche, para servir de señales, para las estaciones y para los días y los años. Así sirvan de lumbreras para que alumbren la tierra desde la bóveda del cielo. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para dominar en el día, y la lumbrera menor para dominar en la noche.  No sé si dios hizo las cosas bien o mal, dudo que las hiciera, pero estoy seguro, que quien contó como lo hizo, lo contó mal, porque si no ¿cómo había creado antes el día y la noche sin las lumbreras?
CXLVIII  Porque aquel mismo día en un pispas, dicen los libros sagrados que dios hizo también las estrellas. Dios las puso en la bóveda del cielo para alumbrar sobre la tierra, para dominar en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que esto era bueno. Y fue la tarde y fue la mañana del cuarto día. Pasaron miles de años hasta reconocer las religiones que la tierra era redonda y que giraba alrededor del sol. Quien escribió la historia no supo escribir más allá de lo que veía. Todavía hoy los humanos no somos capaces de comprender la inmensidad del universo, que al parecer hizo dios en una tarde, como aquel que dice sin hacer nada, si acaso creernos la trola.
CXLIX Porque el dibujo todavía no estaba completo y dijo dios: Produzcan las aguas innumerables seres vivientes, y haya aves que vuelen sobre la tierra, en la bóveda del cielo. Y creó Dios los grandes animales acuáticos, todos los seres vivientes que se desplazan y que las aguas produjeron, según su especie, y toda ave alada según su especie. Vio Dios que esto era bueno, y los bendijo Dios diciendo: Sed fecundos y multiplicaos. Llenad las aguas de los mares; y multiplíquense las aves en la tierra. Fue la tarde y fue la mañana del quinto día. Ya están los cielos y los mares habitados con aves y peces.
CL Porque la tierra firme con sus selvas y sus montañas quedaba vacía y la tierra no era habitada por ningún ser que la pisara entonces dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su especie: ganado, reptiles y animales de la tierra, según su especie. Y fue así. Hizo Dios los animales de la tierra según su especie, el ganado según su especie y los reptiles de la tierra según su especie. Y vio Dios que esto era bueno. La creación estaba realizada con miles y miles de especies de todas las clases. Ninguna de ellas supo de la evolución de su especie en su hábitat, ni supo que dios había sido el creador.

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