CXLI Porque ya en
septiembre del año 1966 ya iba a la escuela con los chicos mayores que yo, algunos
tenían hasta catorce años. Allí don Eusebio que era un católico muy practicante
y que creía en dios y en la
Iglesia católica, nos contaba las partes más heroicas de la
novela sagrada con las que había de conformar el espíritu cristiano y dar los
últimos toques de conocimiento de todo el contenido de la religión católica,
tan importante en la educación. A la par Don Eusebio también nos leía cada
tarde un poco de El Quijote, y sabía que: aunque no fuera tan entretenido, tenía
más de verdad que todas las aventuras de la Biblia.
CXLII Porque en
aquellos dos años en los que estuve en el tercer grado con Don Eusebio me
aprendí la Biblia
como si fuera un único libro. Todas sus pequeñas historias decía el maestro que
era la historia del pueblo de dios, del pueblo hebreo, del pueblo judío en la
búsqueda eterna de la tierra prometida. De esos años recuerdo el estupor en el
que me desenvolvía porque siendo la
Biblia el tronco común de las dos religiones, sin embargo,
siempre nos enseñaban lo mala gente que eran los judíos que habían ordenado
crucificar a Jesucristo, que además también era judío, pero un judío cuya vida
se contaba en los evangelios.
CXLIII Porque
la historia la cuentan redonda para que no faltando ningún detalle sea creíble.
Tiene un principio y el principio: dios.
Según uno de los libros que aparece en la Biblia que se llama el Génesis, nos cuentan, que
dios creó el mundo en seis días y el séptimo descansó. Este libro lo
escribieron los hombres que ya sabían escribir muchos años después, pero parece
ser que no tuvieron que discurrir nada porque se acordaban de todo de cómo
había sido. Una tontería, pero que está en la base de todas las religiones que hay
en el mundo: la creencia de que dios existe y que fue el creador de todo el universo.
CXLIV Porque
aseguran que dios creó el mundo y lo cuentan en los libros de esta manera. En el principio creó dios los cielos y la tierra. Y la tierra
estaba sin orden y vacía. Había tinieblas sobre la faz del océano, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las
aguas. Entonces dijo Dios: sea la luz. Y fue la luz. Dios vio que la luz era
buena, y separó Dios la luz de las tinieblas. Dios llamó a la luz Día, y a las
tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y fue la mañana del primer día. Y de
niño te creías este razonamiento sin ninguna duda porque ya sabías que
efectivamente existía la noche y el día.
CXLV Porque
aseguran que el segundo día dijo Dios: Haya
una bóveda en medio de las aguas, para que separe las aguas de las aguas. Y
dios hizo la bóveda, y separó las aguas que están debajo de la bóveda, de las
aguas que están sobre la bóveda. Y fue así. Dios llamó a la bóveda: Cielo. Y fue
la tarde y fue la mañana del segundo día. Entonces dijo Dios: Reúnanse las
aguas que están debajo del cielo en un solo lugar, de modo que aparezca la
parte seca. Y fue así. Llamó Dios a la parte seca: Tierra, y a la reunión de
las aguas llamó: Mares. Y vio Dios que esto era bueno. Los niños sabíamos
que esto era cierto y que si no lo había hecho dios, quién lo pudiera haber
hecho.
CXLVI Porque
dios en un par de días tenía el mundo hecho y entonces dice que dijo: Produzca la tierra hierba, plantas que den
semilla y árboles frutales que den fruto, según su especie, cuya semilla esté
en él, sobre la tierra. Y fue así. La tierra produjo hierbas, plantas que dan semilla
según su especie, árboles frutales cuya semilla está en su fruto, según su
especie. Y vio Dios que esto era bueno. Y fue la tarde y fue la mañana del
tercer día. Era fácil dibujar la
creación como si estuviéramos con un papel y unos lapiceros de colores con los
que íbamos colocando cada cosa en su sitio. Así lo escribieron.
CXLVII Porque
al día siguiente dijo Dios: Haya
lumbreras en la bóveda del cielo para distinguir el día de la noche, para
servir de señales,
para las estaciones y para los días y los años. Así sirvan de lumbreras para
que alumbren la tierra desde la bóveda del cielo. Y fue así. E hizo Dios las
dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para dominar en el día, y la lumbrera
menor para dominar en la noche. No
sé si dios hizo las cosas bien o mal, dudo que las hiciera, pero estoy seguro,
que quien contó como lo hizo, lo contó mal, porque si no ¿cómo había creado
antes el día y la noche sin las lumbreras?
CXLVIII Porque aquel
mismo día en un pispas, dicen los libros sagrados que dios hizo también las
estrellas. Dios las puso en la bóveda del
cielo para alumbrar sobre la tierra, para dominar en el día y en la noche, y
para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que esto era bueno. Y fue la
tarde y fue la mañana del cuarto día. Pasaron miles de años hasta reconocer
las religiones que la tierra era redonda y que giraba alrededor del sol. Quien
escribió la historia no supo escribir más allá de lo que veía. Todavía hoy los
humanos no somos capaces de comprender la inmensidad del universo, que al
parecer hizo dios en una tarde, como aquel que dice sin hacer nada, si acaso
creernos la trola.
CXLIX Porque el dibujo todavía no estaba completo y dijo
dios: Produzcan las aguas innumerables
seres vivientes, y haya aves que vuelen sobre la tierra, en la bóveda del
cielo. Y creó Dios los grandes animales acuáticos, todos los seres vivientes que
se desplazan y que las aguas produjeron, según su especie, y toda ave alada
según su especie. Vio Dios que esto era bueno, y los bendijo Dios diciendo: Sed
fecundos y multiplicaos. Llenad las aguas de los mares; y multiplíquense las
aves en la tierra. Fue la tarde y fue la mañana del quinto día. Ya están
los cielos y los mares habitados con aves y peces.
CL Porque la tierra firme con sus selvas y sus
montañas quedaba vacía y la tierra no era habitada por ningún ser que la pisara
entonces dijo Dios: Produzca la tierra
seres vivientes según su especie: ganado, reptiles y animales de la tierra,
según su especie. Y fue así. Hizo Dios los animales de la tierra según su
especie, el ganado según su especie y los reptiles de la tierra según su
especie. Y vio Dios que esto era bueno. La creación estaba realizada con
miles y miles de especies de todas las clases. Ninguna de ellas supo de la
evolución de su especie en su hábitat, ni supo que dios había sido el creador.
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